Interacciones farmacológicas de las benzodiacepinas

En los casos en los que se administren benzodiacepinas con otros tratamientos farmacológicos debe tenerse en cuenta la posibilidad de que se produzcan interacciones medicamentosas con la correspondiente traducción a nivel clínico, en estos casos es necesario un mayor control y un ajuste individualizado de la dosis.

Las distintas interacciones pueden clasificarse como aquellas que provocan un incremento en los niveles plasmáticos de benzodiacepinas o bien un descenso de los mismos. En el primer caso incluiríamos fármacos como la cimetidina y el disulfiram, que disminuyen el metabolismo de las benzodiacepinas de vida media larga como Clordiazepóxido o Diazepam.

Los estrógenos y la isoniacida pueden exacerbar los efectos de las benzodiacepinas por su acción inhibidora sobre la actividad enzimática.

Los antidepresivos, de forma específica, constituyen un grupo de fármacos que se administran conjuntamente con las benzodiacepinas para el tratamiento de diversas patologías, de la interacción con el grupo de los antidepresivos resulta una potenciación del efecto sedante y de las alteraciones en la psicomotricidad, que es consecuencia de la competición en el metabolismo hepático por las isoenzimas microsomales.

Los ISRS se asocian también a un incremento de los efectos derivados de la acción de las benzodiacepinas, ya que son inhibidores de las isoenzimas hepática, siendo el citalopram y el escitalopram los únicos ISRS que no tienen acción sobre el sistema de citocromo P450. No se han descrito evidencias de interacción con los nuevos inhibidores duales de la recaptación de la serotonina y la noradrenalina, como la venlafaxina o la duloxetina, tampoco existen referencias de interacción significativas con los IMAO (Inhibidores de la MonoAmin Oxidasa).

Se provocaría una disminución de los niveles de benzodiacepinas en aquellos casos que se administraran conjuntamente con antiácidos, por la reducción en la absorción gastronintestinal, derivados de las metilxantinas y con el consumo de inductores enzimáticos como la Rifampizina o el tabaco.

Las benzodiacepinas pueden provocar un bloqueo muscular prolongado si se administran conjuntamente con succinilcolina e inducen toxicidad por digoxina al reducir su excreción.

Por último, reiterar que la toma o administración conjunta de alcohol y otras drogas de acción sedante con las benzodiacepinas puede potenciar la depresión del SNC y, ocasionalmente, de la función respiratoria.

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