Síndrome de abstinencia y discontinuación

Las benzodiacepinas causan un síndrome de abstinencia con una repercusión clínica significativa, además los signos y síntomas clínicos que la caracterizan pueden confundirse con sus efectos secundarios o síntomas propios de la ansiedad.

Los factores que predisponen al desarrollo de una abstinencia a benzodiacepinas son, entre otros, dosis elevadas de tratamiento, utilización de benzodiacepinas de vida media corta, ritmo rápido de suspensión del fármaco (se aconseja una reducción entre el 10 y el 25% cada 2-4 semanas), elevado nivel de ansiedad, existencia de trastorno de personalidad y el abuso concomitante de otras substancias psicoactivas como el alcohol.

Dentro de la clínica podemos distinguir diversos síntomas, dependiendo de la frecuencia de aparición. Los más frecuentes son ansiedad, insomnio, inquietud, agitación, irritabilidad y tensión muscular, Los menos, náuseas, coriza, diaforesis, letargia, hiperacusia, dolor, visión borrosa, depresión, pesadillas, hiperreflexia y ataxia, destacando como inusuales la psicosis, convulsiones, tinnitus, confusión, alucinaciones e ilusiones. De manera general, el síndrome de abstinencia suele ser más grave en aquellas benzodiacepinas con una vida media corta, ya que las benzodiacepinas con una vida media larga presentan una aclaramiento gradual, lo que posibilita una disminución paulatina de sus niveles plasmáticos. El tratamiento es igual al de la abstinencia provocada por otros sedantes e hipnóticos, administrándose un sedante de tolerancia cruzada para prevenir los síntomas de abstinencia y disminuir gradualmente la dosificación.

Por último, tenemos el síndrome de discontinuación, fenómeno que se produce por la reducción de forma brusca de la dosis de un determinado fármaco que se ha administrado durante un periodo de tiempo, provocando en el organismo una serie de cambios a nivel metabólico y fisiológico para adaptarse éste a su administración. En el caso de las benzodiacepinas, al disminuir la dosis de forma rápida y brusca pueden aparecer síntomas de ansiedad más intensos que al inicio del tratamiento, conocidos como ansiedad de rebote. De forma general, cuando se procede a la retirada o disminución de dosis de benzodiacepinas, esta debe realizarse de forma gradual e informando tanto a la familia como al paciente de la posible recurrencia de la sintomatología.

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