Otros ansiolíticos

BARBITÚRICOS: Aunque los barbitúricos constituyeron un tratamiento inicial de la ansiedad, su actividad ansiolítica es escasa y se encuentra ligada directamente a su actividad sedante. Los barbitúricos se asocian a importantes problemas de dependencia y abstinencia, y su perfil de seguridad es bajo, sobre todo cuando se asocian con otras drogas depresoras como el alcohol. En la actividad clínica actual han sido completamente desplazados por las benzodiacepinas, no se suelen usar ya como hipnóticos-sedantes, aunque se siguen utilizando en el tratamiento de la epilepsia y como anestésico general.

BUSPIRONA: Pertenece al grupo químico de las azaspirodecanodionas. Presenta un perfil farmacológico distinto de las benzodiacepinas, pues carece de acciones hipnóticas, anticonvulsivas y miorrelajantes, no altera la memoria y más de un efecto sedante se ha asociado a la producción de insomnio. Su mecanismo de acción se debería al efecto agonista parcial sobre los receptores serotoninérgicos 5-HT1A.

La buspirona no interactúa con el alcohol ni con otros neurodepresores, no se ha descrito desarrollo de dependencia o síntomas de abstinencia, por lo que constituiría una alternativa en pacientes con historia de abusos o dependencia de alcohol o de drogas. No existe conocimiento de afectación de la memoria ni provoca otros trastornos cognoscitivos o psicomotores, y el nivel de interacciones farmacológicas es reducido. La buspirona presenta un inicio de acción retardado, entre 3 y 4 semanas desde su instauración, su efecto es dependiente de la dosis (dosis no menores de 20 mg/día) y precisa varias tomas diarias. Aunque por sus características parece un ansiolítico ideal, su utilización en el ámbito clínico no se ha consolidado. A pesar de los numerosos estudios controlados, para muchos clínicos existen dudas sobre si presenta una efectividad similar a la de las benzodiacepinas; por otro lado, su inicio de acción retardada y la necesidad de varias tomas hacen que el nivel de cumplimentación y adherencia al tratamiento sea bajo. Su potencial utilización quedaría reducida a pacientes con ansiedad crónica, abuso comórbido de sustancias, y ancianos por su buena tolerabilidad y escaso perfil de interacciones farmacológicas.

TRATAMIENTOS COADYUVANTES: Existen numerosos tratamientos ansiolíticos que se utilizan como coadyuvantes en el tratamiento de los síntomas ansiosos. Se consideran, por lo general, tratamientos de segunda línea, con eficacia inferior que las benzodiacepinas y con un efecto esencialmente sedativo, más que ansiolítico. Éstos incluyen los antihistamínicos sedativos, los bloqueadores beta y la clonidina. Los bloqueadores beta pueden ser efectivos en el tratamiento de la ansiedad somática en cuadros de fobia social y la clonidina (alfa2 agonista) en el control de los estados hiperadrenérgicos.

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